La información previene el abuso sexual

Un reciente estudio de la Universidad de Pittsburgh descubrió que el 54 % de las personas con autismo habían experimentado algún tipo de abuso sexual antes de cumplir los 18 años. Esto es significativamente más alto que el promedio en la población general, que se encuentra entre el 25 y el 30 %. Esto indica claramente la necesidad de mejorar el acceso a la educación sexual de estas personas.

El abuso sexual es un acto no deseado de contacto sexual. Puede incluir tocar, besar, agarrar, morder, abusar verbalmente, forzar a alguien a realizar actos sexuales, amenazar con realizarlos, obligar a alguien a ver material sexual, o usar la presión para forzar a una persona a tener relaciones sexuales. El abuso sexual puede ocurrir entre personas de cualquier edad, sexo, orientación sexual, identidad de género o relación. 

Un reciente estudio de la Universidad de Pittsburgh descubrió que el 54 % de las personas con autismo habían experimentado algún tipo de abuso sexual antes de cumplir los 18 años. Esto es significativamente más alto que el promedio en la población general, que se encuentra entre el 25 y el 30 %. Esto indica claramente la necesidad de mejorar el acceso a la educación sexual de estas personas.

La sexualidad de las personas con autismo es un tema que por suerte se está abordando cada vez más entre profesionales y familiares. Estas personas se enfrentan a lo largo de su vida a continuos retos ya que a menudo tienen dificultades para comprender la sexualidad y las relaciones de pareja de manera adecuada. Ello puede provocar que les surja situaciones que pueden ser incómodas, traumáticas e incluso delictivas.

Elena Garrido, psicóloga y autora de Protocolos Jurídico-policiales en Síndrome de Asperger y otros Trastornos del Espectro Autista, afirmaba que al menos 4 de cada 10 personas con TEA habían sido “violentadas respecto a su sexualidad”.

A ello se le suma que algunas de ellas:

✅No tienen las habilidades suficientes para expresar lo que les ha sucedido.
✅Muchas veces no identifican ciertos actos como abusos sexuales.
✅Tienen dificultades para identificar ciertas conductas inapropiadas y delictivas.

Es por ello, que la educación sexual es fundamental para todo ser humano, especialmente para las personas con autismo, que pueden no saber gestionar o evitar situaciones indeseadas, así como realizar conductas sexuales en lugares públicos sin ser conscientes de las consecuencias de sus actos. La información que se les facilite debe incluir una comprensión de las relaciones, la identidad, el consentimiento, los límites, la intimidad, los espacios seguros, la diferenciación de lo público y lo privado, el respeto por el propio cuerpo y el de los demás, entre otras muchas cosas.

Además, es fundamental proporcionar un entorno seguro para que puedan preguntar y hablar sobre el tema sin sentirse juzgadas o avergonzadas. No obstante, como siempre digo, puede que esas preguntas no lleguen nunca pero ello no quiere decir que su sexualidad deba ser silenciada y no tratada. Debemos anticiparnos a explicarles ciertos cambios que van a experimentar, sobre todo en la etapa de la pubertad y adolescencia. Y no solo aquellos que vaya experimentar la persona sino aquellos que van a observar en su entorno: embarazos, menstruación, relaciones de pareja, etc.

¿Qué se puede hacer para prevenir el abuso sexual?

1. Enseñar términos y ejemplos de situaciones relacionados con el abuso sexual. Esto ayudará a reconocer el abuso sexual.

2. Inculcar desde edades tempranas el concepto de «consentimiento«, para que entiendan que el contacto sexual no se debe dar sin el permiso de ambas partes.

3. Educar para que tengan una actitud saludable hacia el sexo, para que sepan que el sexo es algo natural, pero que también puede ser peligroso si no hay consentimiento y límites.

4. Fomentar una comunicación abierta y sincera para que se sientan seguros de hablar si experimentan o presencian algún tipo de abuso sexual.

5. Ayudar a tener una buena autoestima para que se sientan seguros y confiados y sepan que tiene el derecho de decir no a cualquier contacto sexual no deseado.

6. Enseñar a identificar los signos de abuso sexual y a cómo escapar de situaciones peligrosas o incómodas.

En conclusión, una buena educación sexual, veraz y adaptada a las necesidades de la persona, es esencial para prevenir el abuso sexual y otros problemas relacionados, así como para disfrutar del propio cuerpo. Los profesionales y las familias debemos trabajar juntos y coordinados para ofrecer una información similar, utilizando los mismos conceptos y teniendo una actitud positiva, nunca prohibitiva. Sin duda, todo ello incrementará la posibilidad de que puedan desenvolverse de manera segura y saludable con su propio cuerpo y con el de los demás.

Compartir: